whatsapp

Hablemos de estrés. Cómo identificar los síntomas?

En otras oportunidades hemos hablado de estrés, de ansiedad y de auto exigencia. Son conceptos que están íntimamente relacionados y que padecerlos, puede generarnos mucho malestar.
Vale la pena detenernos nuevamente a hablar de estrés, para poder pensar y detectar si lo estamos padeciendo y así poder prevenir consecuencias en nuestra salud física y mental.
Sabemos que nuestro organismo posee la capacidad de reaccionar ante situaciones de estrés para defenderse de los peligros y amenazas que se le presentan, logrando así adaptarse y sobrevivir.
Y aunque no se nos presenten tan a menudo situaciones de peligro grave o amenazas de vida o muerte, de todas formas enfrentamos a diario momentos de tensión, en los cuales el organismo reacciona, poniendo en marcha nuestro sistema de alerta, interpretando algunas veces las escenas cotidianas como situaciones de mucha presión.
El sistema de alarma se regula y vuelve a su estado de base cuando pasa la situación de tensión. Sin embargo, cuando esas presiones se sostienen en el tiempo o son de mucha intensidad, dicho sistema se mantiene activado más de lo que debería o empieza a fallar, generando diversos síntomas.
Hoy, nos interesa poder dejarte algunas preguntas o puntos a observar para que vos mismo/a intentes evaluar si estás sufriendo un alto nivel de estrés, para que puedas pedir ayuda y generar cambios positivos que te ayuden a prevenir enfermedades y a sentir mayor bienestar.
Estas preguntas no tienen un valor de diagnóstico pero sí pueden ayudar a identificar algunos síntomas habituales de estrés. Sólo son disparadores para pensar y observar cómo estás viviendo tu presente.
En primer lugar piensa en cómo te has sentido durante el último mes hasta el día de hoy y luego intenta responder a las siguientes preguntas.

  1. ¿Te has sentido cansada/o más de lo común?

  2. ¿Te sentiste nerviosa/o, inquieta/o en mayor medida que lo habitual? Te está costando relajarte y estar tranquila/o?

  3. ¿Sentiste tu corazón acelerado o tu respiración muy rápida?

  4. ¿Pensás en los problemas y en los pendientes muchas veces al día?

  5. ¿Últimamente te cuesta mantener la concentración? ¿Te olvidás de algunas cosas pequeñas que antes no olvidabas? ¿Sentís que no lográs terminar las tareas? ¿Sentís que bajó tu desempeño?

  6. ¿Estás comiendo demasiado o muy poco? ¿Tuviste malestares estomacales?

  7. ¿Sentiste tu cuerpo tensionado? ¿Tuviste dolores de cabeza, cuello, espalda, hombros o cualquier otro dolor que pueda relacionarse con tensión y que normalmente no sentís?

  8. ¿Estás teniendo problemas para dormir (conciliar el sueño, dormir toda la noche, pesadillas, dificultad para despertar)?

  9. ¿Te cuesta tomar decisiones? Te sentís abrumada/o? ¿Sentís que en el último tiempo no estás pudiendo superar las dificultades porque son demasiadas?

  10. ¿Te sentiste irritada/o, enojada/o? O ¿sin motivación ni esperanza? ¿tenés cambios de humor repentinos?

  11. Tuviste la sensación de “no sentir nada” o ¿que todo te da lo mismo?

  12. ¿Estás consumiendo más cafeína o más cigarrillos de lo habitual? ¿Estás consumiendo otras sustancias (drogas, alcohol)?

  13. ¿Estás haciendo menos vida social, te alejaste de tus círculos de amigos o familia?

  14. ¿Sentís que no podés controlar los cambios importantes que han aparecido en tu vida? ¿Sentís que no podés afrontar tus obligaciones?

Si has respondido afirmativamente a varias de las preguntas y si al pensar en las situaciones mencionadas más arriba, observas que muchas de ellas te han sucedido en el último tiempo, es posible que estés atravesando un proceso de estrés demasiado alto, el cual necesita ser atendido.

¿Qué podés hacer?

Lo primero es percibirlo e identificar lo que nos pasa.

Luego, pedir ayuda profesional y mientras tanto podés conversarlo con alguna persona de tu confianza.
Intentá ordenar de a poco tus rutinas (horarios de comidas, de trabajo, de estudio, de sueño hora de dormir). Procurá empezar una actividad física (aunque sea suave) y dejar algunos momentos para relajar y no hacer nada. Los momentos de ocio son necesarios para relajarse y disminuir el estrés.
Trata de sumar alguna actividad social o familiar, no te encierres. Disminuí tu tiempo frente a las diversas pantallas.
Probá descargando algunas APPs de técnicas de respiración y relajación.
Es importante tener en cuenta que con algunos cambios no muy complicados, rápidamente podés empezar a sentirte mejor.
No dudes en hablar de lo que te pasa y pedir ayuda profesional.

©ValiDarSe
Terapias Cognitivas
Si estás buscando terapia online, contactate con ValiDarSe a través del +54 9 1123428929