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Hablemos de Emociones

Las emociones son la manera natural en la que los seres humanos reaccionamos a lo que sucede a nuestro alrededor.
Son respuestas o reacciones psicofisiológicas de nuestro cuerpo ante estímulos que aparecen en nuestro entorno y en nosotros mismos. Su función es “ADAPTATIVA” ya que representan modos de adaptación del individuo ante la percepción de personas, situaciones, lugares, objetos o incluso recuerdos.
Las emociones se experimentan a través de cambios fisiológicos, cognitivos y conductuales. Son vitales para el ser humano ya que nos permiten vivir adaptados y plenamente
Los seres humanos tenemos emociones y es importante saber cuál es su función y qué hacer con ellas.
No debemos reprimirlas, callarlas, juzgarlas o avergonzarnos por ellas.
Son reacciones normales que sirven para comprender el mundo que nos rodea, para aprender de las experiencias vividas, para tomar decisiones, nos impulsan a las acciones y nos permiten interactuar con otros.
Nos llegan en todo momento y con diversas intensidades. Tienen una temporalidad transitoria o sea que suelen ir y venir, a diferencia de los estados de ánimo que son recurrentes y de temporalidad más extensa.
Hay un acontecimiento que las “dispara” y que suele ser identificable. Puede ser ante un estímulo externo o también ante uno interno, como un recuerdo. Aparecen luego de un pensamiento (ya sea consciente o inconsciente) y dan lugar a reacciones y acciones diversas.
Se relacionan con aquello que nos motiva o mueve hacia la acción. Si queremos hacer algo nuestras emociones nos mueven a ello y de esa manera nos dirigen a un resultado. O sea que se da un circuito en donde a raíz de un estímulo, aparece un pensamiento, una emoción asociada que nos hace accionar para conseguir un resultado.

Pero entonces: ¿Son “buenas” y “malas”?
Se suele hablar de emociones en términos de positivas y negativas o buenas o malas. Pero en realidad todas las emociones son buenas y cada una cumple una función específica.
Hay emociones que generan sensaciones o sentimientos desagradables, pero eso no significa que la emoción sea mala. Por eso, corresponde hablar de emociones placenteras o displacenteras o suele decirse también agradables o desagradables.
Existen cientos de emociones, y hay varias clasificaciones de las mismas. Vamos a tomar la clasificación de 6 emociones básicas en todo ser humano.
Las emociones básicas son tristeza, miedo, ira, asco, alegría, sorpresa.
Y a pesar de que todos las hemos sentido en algún momento, no siempre tomamos conciencia de su importancia, ni de su función ni de qué hacer con ellas. Tener dificultades en el manejo o gestión de las emociones, puede traer muchos síntomas y bloqueos.
Las emociones tienen una función adaptativa por lo que, si no logramos manejarlas adecuadamente, nos costará mucho adaptarnos a las distintas situaciones que se nos presentan.
El no sentirlas o no expresarlas, ocasiona que perdamos la ayuda y la función que cada emoción cumple.

Tristeza
La tristeza aparece ante la percepción de una pérdida. Nos permite hacer el duelo ante las pérdidas que se presentan en la vida. Si no podemos sentir y contactar con la tristeza, no podremos elaborar el duelo de esa pérdida y probablemente de otras pérdidas que tengamos que atravesar después.
Su función es la reintegración personal, nos motiva a pedir ayuda y reconstruir nuestros propios recursos.

Miedo
El miedo aparece ante situaciones o estímulos amenazantes o percibidos como amenazantes o peligrosos. Nos trae información sobre los recursos que poseemos para enfrentar la situación y nos muestra si los recursos son suficientes o menores a lo que se necesita para dicha situación.
Su función es protegernos a nivel físico y psicológico.

Ira-Enojo
La ira aparece cuando sentimos que alguien quiere invadir nuestro espacio o nuestros derechos sin nuestro consentimiento o cuando percibimos que alguien interfiere intencionalmente en nuestra vida, impidiendo que logremos nuestros objetivos. Ayuda a poder poner límites a algo o a alguien que nos está invadiendo sin nuestro consentimiento.
Su función es de autoprotección y puesta de limites

Asco
Aparece ante la percepción de algo dañino, desagradable, venenoso, algo que rechazamos y necesitamos alejar de nosotros.
Su función es el rechazo y nos sirve para alejarnos y expulsar aquello que nos hace daño o no nos gusta. Nos protege de enfermedades, productos en mal estado o cosas venenosas, incluso de personas que nos despiertan desagrado.

Alegría
La alegría aparece cuando logramos algo que deseamos. Genera seguridad, actitud positiva y sensación de bienestar. Ayuda a la creatividad, al aprendizaje, a mejorar relaciones sociales y a repetir conductas que nos hacen sentir bien.
Su función es la de afiliación y reproducción.

Sorpresa
La sorpresa se genera a partir de la aparición de un estímulo inesperado. Nos genera sobresalto, desconcierto o asombro. Permite focalizar la atención cuando sucede algo inesperado para ayudarnos a enfrentar la situación.
Su función es de exploración y orientación.

Existe una gran cantidad de emociones más, muchas de ellas, derivadas de las emociones primarias.
En resumen, podemos decir que las emociones son una respuesta normal y adaptativa a las situaciones que se nos presentan.
Sirven como expresión y tienen diferentes funciones. Nos ayudan a comunicarnos y a relacionarnos con los demás. A través de ellas aprendemos a interpretar el mundo exterior y el interior. Nos permiten prepararnos para enfrentar situaciones diversas. Son una guía para adaptarnos y para mejorar.

¿Y qué podemos hacer con ellas?
Podemos utilizarlas inteligentemente a nuestro favor para que guíen nuestra conducta, obtener el beneficio que su función nos brinda y lograr mayor bienestar personal.
Para ello, necesitamos IDENTIFICARLAS Y REGULARLAS, saber qué información nos traen y como pueden ayudarnos a enfrentar situaciones.
Identificarlas significa registrar y entender lo que estamos sintiendo. Ante la aparición de una emoción es importante tomarse un momento para reflexionar sobre lo que se siente, intentando poner nombre a la emoción, o sea nombrar lo que sentimos.
Para eso, puede ayudarnos el reconocer los síntomas y cambios en el cuerpo que se generan con cada emoción.
Hacer ejercicio físico, es una forma de regular ciertas emociones y es una descarga saludable de la tensión emocional. Podemos también realizar ejercicios de mindfulness o atención plena, ejercicios de respiración y meditación, escribir acerca de lo que sentimos, hablar con alguien de nuestra confianza.

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